Garamba, uno de los parques nacionales más antiguos de África, se fundó en 1938 en el noreste de la República Democrática del Congo. Este parque ocupa cerca de 14.000 kilómetros cuadrados, dominados por las praderas de la sabana, que en sus momentos más verdes y exuberantes pueden llegar a alcanzar los tres metros de altura, envolviendo a los elefantes y ocultándolos incluso desde el aire.
Resulta difícil caminar por los arroyos entrecruzados que alimentan al gran río Congo, rodeado por pantanos, bosques y matorrales. Garamba fue declarado patrimonio mundial en 1980 por sus raros rinocerontes blancos y los 22.000 elefantes que acogía entonces, los cuales nunca parecieron estar amenazados por ningún peligro.
Sin embargo, el último rinoceronte fue visto hace ya algunos años. La caza furtiva los ha eliminado; ahora, el 95 % de los elefantes ha desaparecido y la matanza continúa semana tras semana. «Este parque ha sido saqueado en gran medida por varios grupos armados», comenta Erik Mararv, un sueco de treinta años originario de África que gestiona Garamba en nombre de la organización sin fines de lucro, African Parks.
Fuente: Alastair Leithead, BBC news
Jan Thomas
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