Las diferentes legislaciones autonómicas y la falta de planes científicos mantienen a la especie confinada en el noroeste de España.
Envenenados, ahorcados, atropellados o expuestos como trofeos de caza. Así terminó la vida de entre 500 y 650 ejemplares de lobo ibérico en España en 2017, según el informe Por la convivencia del hombre y el lobo, la primera aproximación sobre la mortalidad no natural de la especie en el territorio peninsular.
El estudio, un proyecto independiente basado en datos del Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo Ibérico y el Observatorio de Sostenibilidad, alerta de la falta de transparencia de la administración, de gestión científica para la conservación de la especie y de planes de protección y restricción de la caza que cumplan la normativa europea.
Con el lobo se ha creado un universo paralelo falso que dice que requiere caza porque hay superpoblación. No hay razón en el siglo XXI para que está especie no esté protegida como el águila real, el herrerillo capuchino, el oso, el lince o cualquier reptil y anfibio .(Ángel M. Sánchez, biologo, coautor del informe y coordinador general del Voluntariado Nacional para el Censo del Lobo ibérico y Evaluación del Estado de Conservación de sus Hábitats Naturales).